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"Nosotroslosmonos"

Enseñar en tiempos de polución tecnológica es a la vez un desafío y una paradoja. Definir qué enseñar y cómo hacerlo ya no son cuestiones tan diferentes. El tiempo y el esfuerzo dedicados al aprendizaje de las competencias básicas requeridas para el uso de las nuevas herramientas interfiere a menudo con el que deberíamos destinar a la adquisición de las habilidades intelectuales que nos permitan distinguir medios de fines.

Promover la sociedad del conocimiento como nueva utopía sin cuestionar sus fundamentos, sería transmitir a nuestros alumnos nuestra propia fascinación por el instrumento y nuestra propia incapacidad de, sobreponiéndonos a ella, definir los fines y los principios que estas con frecuencia sepultan.

En escenarios educativos que mutan convulsivamente no es fácil sostener elrumbo. Entre los cambios espasmódicos de los formatos didácticos y, parados sobre un suelo líquido e inestable, el perfil del docente se transforma y se desdibuja. Ese "alineamiento" de la mirada que la disposición hegemónica del aula favorecía es hoy un laberinto de miradas que se cruzan, se ignoran, se desconocen. Mientras se espera que nuestro papel oriente y encamine aquel caos de perspectivas la realidad dispone que, en el lugar de esa centralidad perdida, se instale una pantalla afectivamente neutra e ideológicamente contaminada o un maestro atónito, babeante y confundido.

La táctica escolar que resultaba verosímil en 1884, reproducía en el aula una jerarquía social, una estratificación y una subordinación que, resultaban entonces, un modo plausible de control social y de reproducción de la desigualdad. Estrategias y tácticas, metástasis de la lengua militar que el aula naturalizaba. Estallada la estructura que requería la verticalidad como geometría del poder, instalada la horizontalidad de un poder microfísico y capilar, aquella táctica suena hoy anacrónica y ridícula.

Pero, ¿A qué nuevas tácticas de disciplinamiento estamos sometidos hoy?¿Cuántas de estas nuevas formas de subordinación funcionan hoy travestidas de libre e ilimitado acceso a un menú que otros construyen?¿Cuántos de nuestros gestos docentes impugnan o confirman estas nuevas estrategias?

La asimetría en la relación de enzeñanza coloca por encima al que sabe más. Esas "dos únicas posiciones de sujeto posibles en la pedagogía moderna": ¿Quién las define? ¿Quién y cómo se decide quién sabe más? La verdadera pregunta es anterior a este momento: ¿Saber más....pero sobre qué?

Creo que muchos de los viejos textos de Edgar Morin - antes de que su nueva ocupación como "coaching" de empresarios y burócratas internacionales lo ocupara a tiempo completo - daban cuenta de una riqueza y una profundidad que se ocultan en sus trabajos actuales.

Hoy se publica en la revista Nature Genomics un hallazgo conmovedor. Monos yhomínidos - lejos de lo que creíamos o queríamos creer - no se separaron definitivamente en la cadena evolutiva. Una y otra vez volvieron a cruzarse, intercambiaron su material genético en largos abrazos paleolíticos. Laevolución no fuen un "camino de ida..."; el regreso fue posible.

No descendemos del mono, somos monos...en la derivia biológica.

Tal vez algo de nuestro trabajo consista en defender habilidades obtenidas durante millones de años, profundizarlas y expandirlas haciendo un uso inteligente de las herramientas. Hachas de sílex o Notebooks, los instrumentos nos hicieron hombres únicamente por que nuestros ancestros decidieron qué hacer con ellos.

En el tiempo largo de la especie, late aún hoy en nosotros, aquel viejo cuerpo paleolítico encerrado en una ambiente telemático. Ahora que sabemos que la evolución no fue irreversible, nos toca pensar, reflexionar y tomar decisionesr antes de que, sin que podamos advertirlo, nos sorprenda una mañana cualquiera retornando a las copas de los árboles.
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